jueves, 13 de marzo de 2008

DIVÁN DE LOS INCRÉDULOS


Inventar, inventar, inventar. Una vez escuché unas graciosísimas declaraciones de Godard a propósito de la autoría de ciertas obras y la invención de personajes como Homero o Sócrates. Acababa diciendo que así como Platón se inventó a Sócrates pero firmó sus obras como Platón, Max Brod debería haber sido honesto y no firmar sus obras con el nombre de Kafka.
Pero, ¿realmente importa? Parece ser que a algunos les importa y demasiado.
Puede que Dios naciera ya muerto, pero el problema con los muertos que siguen en el mundo es que siguen funcionando como mitos y eso nos identifica con los que somos: creadores de literatura fantástica y también creadores de espectros.
¿Es eso malo o bueno? No es ni bueno ni malo; simplemente, es. Y plantearse otra cosa es indecente. Porque la decencia está en aceptar que son porque somos, y no al revés. Mis queridos Dorian, Hydes, Wilsons tienen su estado independiente y nadie les pide cuentas. Quienes lo hacen suelen acabar en algún Waldau o Herisau de algún lugar de los Alpes. Pero a Dios todo el mundo le pide cuentas. A él y a sus súbditos. Como a él no pueden castigarle, castigan a los otros, fieles o detractores. Deberían crear un ManiTeocomio pero parece ser que aplicar la literatura divina a la realidad (y fin justifica medios) es cascarilla. Eso sí, sin pasarse, porque a los Mesías nacidos después de C. se les da pasaporte a Herisau. Hay que tener un control. Dígame usted, Costello, un solo fundamento estable que justifique su creencia en Dios.

Entonces, Elisabeth, se pusó de pié ante el enorme auditorio y confesó:
“Me venía muy bien en ese momento la creencia en un dios, de la misma manera que hoy, uniéndome a muchos Bartlebys, digo “I should prefer not to”

Y santas pascuas.

1 comentario:

www.gerard-bertrand.net dijo...

Il est correct quand on emprunte une image de donner le nom de l'auteur et l'adresse de son site, non ?
http://www.gerard-bertrand.net/KAFKA__freud.html

Gérard Bertrand