miércoles, 19 de marzo de 2008

84 Charing Cross Road


Otra biblioteca descubierta. Llevo una semana sin dejar de tropezarme con bibliotecas fantasmagóricas que realmente existen. Hace unos días, escribía sobre la Library of Unwritten Books, en EE.UU. Anoche hallé 84 Charing Cross Road. Yo iba a mi biblioteca a por nuevas presas, cuando me tropecé, en la sección inglesa, con el título 84 Charing Cross Road. Inmediatamente llamó mi atención, ya que por esa calle pasaba yo todos los días este verano y, además, siempre cabreada. Acababa en ella porque me perdía cada vez que salía de Lescester Square en busca de una calle donde quedaba a menudo. Así que, cada vez que creía dar con mi destino y en su lugar encontraba el nombre Charing Cross Road, daba una patada en el suelo y soltaba un “me cago en la puta”.
El libro estaba en una edición de Anagrama y en su portada traía la foto de la dichosa calle, con una biblioteca llamada Marks & Co. Sin pensarlo lo saqué y esa misma noche lo empecé y lo acabé. Como suele pasar con esos libros de los que nada sabes y coges con cierto recelo, más motivada por su portada y sus recuerdos que por el conocimiento del autor, me llevé una inmensa sorpresa. Helene Hanff, su autora, decidió publicar la correspondencia que desde Nueva York mantuvo, a lo largo de veinte años, con la librería londinense Marks & Co, a la que solicitaba títulos que no podía conseguir en su país. Una biografía hecha a partir de la biblioteca personal de uno (tal y como Borges sugería), en este caso, la de la excéntrica Helene Hanff, escritora sin éxito de guiones para teatro y televisión, hasta que publica esta correspondencia y, casi sin esperarlo, salta a la fama.
Y yo me preguntaba, ¿cómo no he dado antes con ella? ¿Por qué el mundo no me la había nombrado? Pero abriendo un par de webs, al día siguiente, me enteré que de su librito se hizo una película protagonizada por Anne Bancroff y Anthony Hopkins. Entonces comprendí que, quizá, era yo la única para quien Charing Cross road era sólo el nombre de la puta calle en la que me perdía. Ahora, ya no lo será más. Hasta estoy deseando volver allí para pedirle disculpas a la calle e introducirla en mi lista de mitobibliotecas, junto con las Shakespeare & Co, las Brautigan o las Sandman…


Imprescindible para los que mitificamos ciudades

2 comentarios:

PLP dijo...

Vaya, muy curioso. Yo creo que estuve en alguna de esas tiendas, viendo a ver si se podía hecharme algún libro bajo la sobaquera, pero por las pequeñas sentía un especial respeto y no les robaba. Para eso estaban las grandes superficies.
Bueno, solo quería dejarte esto, que como frikada de libros, podría interesarte.

http://libroantiguomania.blogspot.com/

Un saludo.

María Ruiz de Apodaca dijo...

Hey Pablo, muchas gracias por el link, es interesante.

Nos vemos,

Saludos