sábado, 23 de octubre de 2010

Une lettre à ma soeur

Querida hermana,

Ahora que estás en el norte, ahora que todos estamos en el norte, te escribo desde el sur del recuerdo, desde una tarde de otoño en que el sol me despertaba y con él volvían las notas de una frase que siempre nos dijeron: “en la familia no hay oído musical”. Aquella frase que tanto nos repitió nuestro padre y que nunca fue puesta en entredicho ni por nosotras ni por nadie. Sonatas de familia, como los secretos. Como ese tío lejano con la daga en el pecho y una mujer corista, vergüenza de la familia. Como ese virrey coñazo y esos marqueses y condes y esas cansinas leyendas. “Vosotras no tenéis oído para la música”. Y aún así, 25 años después, lo intenté. Para mi asombro, sí tenía oído. Y así se lo dije a papá: “¿seré una excepción en la familia?”
¿Tú qué sabes del origen? ¿Qué sabemos del origen? ¿Qué sabemos del otro sino lo que el otro muestra en sus ratos de generosa apertura?
Recuerdo que quería escribir sobre nuestro origen, descifrar los míticos árboles genealógicos que mamá extendía sobre la mesa del salón y tú me leías entonces a Piglia y me decías que una pequeña mentira sin pretensión se enreda en la historia de los pueblos creando un malentendido llamado Historia. Me recordabas tu viaje inventado a Toulouse para que mamá no supiera que habías ido a Italia con un hombre que te doblaba la edad. Mamá lo incluyó en su diario de hechos verídicos con todo el lujo de detalles que tú proporcionaste para hacer verosímil la historia; recuerdos inventados ya para siempre en la epidermis de tu biografía. Pero a ti tampoco te hice caso, y proseguí la busca.
¿Escuchaste alguna vez tocar a Juan Ruiz-Casaux y López de Carvajal, marqués de Atalaya Bermeja? Su stradivarius era famoso en Europa. Pasó su vida de giras por el continente y era conservador real de Stradivarius. En el Madrid de los años 50 descendía el paseo de Recoletos en un elegante Rolls Royce, con un pequeñísimo niño llamado Luis del que dicen ya estaba loco en aquella época, loco como su madre, como sus tías, como sus abuelas... Vivía este marqués violonchelista en el Madrid de los Austrias, como debía ser en un noble que tuvo a la reina Victoria Eugenia, mujer de Alfonso XIII, como madrina de boda. Pero aquel primer matrimonio no salió bien y hubo otro, con una soprano, del que nació una niña que de mayor fue una mujer bellísima y una gran pianista. Me dijo papá que aún vive y que rondará los 60.
¿Y quién era ese Juan Ruiz Casaux? Aquella mañana de otoño, papá me sacó unas fotografías y siguió contando. El marqués tenía una sobrina con una voz espectacular. Se llamaba Teresa y desde joven cantó en coros. Los Casaux eran una estirpe de músicos. El marqués visitaba a menudo a su hermana, que vivía en la calle Orellana. Allí veía a su sobrina Teresa, que ya no era una niña sino una mujer casada y con seis hijos. El mayor de todos era ese pequeñísimo Luis al que el marqués paseaba en coche por el paseo del Prado. El más pequeño de todos se llamaba Miguel, y es tu padre, que esa mañana me hablaba del marqués y su violonchelo, mientras yo atónita le preguntaba por qué nadie nos invitó al concierto. Me sacó otra vieja fotografía en la que sale con el tío Juan, como le llamaba, y su stradivarius.
Delirios de grandeza, virreyes implantados, cañonazos de versos, dagas a medianoche, locos enamorados, viajeros que mueren por safaris, consejos de guerra y en ninguna de las fábulas nos revelaron que la familia paterna, además de conquistar y someter a pueblos, tenía una rama que tocaba las estrellas. Es como si la nota más importante se les hubieran escapado para dejarnos sólo una frase aniquiladora y sin sentido: “no lo intentéis, en la familia no hay oído”.
De vuelta a casa, tras aquel viaje, busqué en Internet el nombre del marqués y allí estaba, tan ilustre, nuestro tío abuelo con su stradivarius.

7 comentarios:

Antonio Almansa dijo...

genial...

María Ruiz de Apodaca dijo...

Antoine!!
¿No conocías la historia?
Por cierto, no te envíe aún el relato del que te hablé a tu email, (la falta de tiempo para pasarlo a ordenador), pero lo haré súbita.
besos

Albertine dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=OZyLbdS3_jY

María Ruiz de Apodaca dijo...

Qué es esto!!!?
Veo que en letras del final dice: actriz Maria Ruiz de Apodaca...¿qué es?

Albertine, eres mi hermana?

Albertine dijo...

María Ruiz de Apodaca presenta en el local su marca de ropa infantil Folelé, que nace con la idea de vestir a los niños de forma diferente, con ropa cómoda, alegre y divertida. María trabaja con marcas de ropa que importa desde Suecia. En Panadería encontramos vestidos, faldas, camisetas, gorritos y bodys de Litten y mocasines de Nowali. La ropa de Litten (para niños entre los 0 y 4 años) es muy alegre y viva, con colores muy llamativos y estampados de estrellas, círculos, corazones, helados…Todas las prendas están fabricadas en un tejido muy suave y de alta calidad. Los mocasines de Nowali son comodísimos y realmente originales. Los hay para bebés desde los 3 meses hasta niños de 6 años (en unos meses recibirá modelos hasta los 14 años). La ropa de Folelé es una maravila, y el precio muy asequible.

http://www.condosbolsasencadamano.com/2008_04_01_archive.html

María Ruiz de Apodaca dijo...

Pues evidentemente esa M.R.A. no tiene nada que ver conmigo, ni compartimos estilo: "colores muy llamativos y estampados de estrellas, círculos, corazones, helados" (Dios, no puedo imaginar nada más kitscht)

Qué tonta soy...atando cabos "Todos estamos en el norte" y Albertine (Proust,)creo que no eres mi hermana, sino mi hermano ;)

M de Charles dijo...

No, soy tu abuelo :-)